SÍNTOMAS Y DIAGNÓSTICO DE LA BRADICARDIA


A diferencia de la taquicardia, la bradicardia es una alteración del ritmo cardíaco que se traduce en una disminución notable del número de latidos por minuto, ubicándose estos en una cifra inferior a 60, en el caso de los adultos. Sin embargo, muy pocas personas tienen noción de los síntomas y diagnóstico de bradicardia, y no saben realmente cómo detectar si padecen o no esta anomalía del funcionamiento del corazón.

Por tal motivo, a continuación hablaremos acerca de los síntomas y diagnóstico de bradicardia, con el fin de proporcionar información útil para la detección y el tratamiento oportuno de este fenómeno.

Cuáles son los síntomas y diagnóstico de bradicardia

Por lo general, la bradicardia viene dada como consecuencia de enfermedades del corazón, trastornos congénitos o hereditarios, el envejecimiento y el uso de medicamentos y fármacos antiarrítmicos que reducen notablemente la frecuencia cardíaca.

De tal manera, cuando se trata de los síntomas y diagnóstico de bradicardia, encontramos que muchas de las manifestaciones sintomatológicas de este tipo de arritmia están asociadas a tales padecimientos. Sin embargo, a modo general, es posible determinar algunos síntomas o indicadores que nos señalan la tenencia de una bradicardia: cansancio y debilidad, mareo, desmayos, dolor en el pecho, pérdida del conocimiento, entre otros.

Qué hacer frente a los síntomas y diagnóstico de bradicardia

Qué hacer frente a los síntomas y diagnóstico de bradicardia

En caso de presentarse la sintomatología anteriormente descrita, lo ideal ha de ser acudir a consulta con un médico o proveedor de la salud, quien llevará a cabo los debidos estudios que permitan determinar si se trata o no de esta clase de arritmia,

Una vez comprobados los síntomas y diagnóstico de bradicardia, lo siguiente será aplicar el tratamiento recetado por el especialista de la salud, de acuerdo a la gravedad de la condición del paciente, y el cual podría incluir la implantación de un marcapasos para corregir el ritmo cardíaco, elevándolo hasta los niveles recomendados, la estabilización del electrólito para tratar una bradicardia originada por un exceso o déficit de potasio, por ejemplo, o la interrupción de fármacos y medicamentos que alteren la función del corazón, reduciendo la frecuencia cardíaca.

De cualquier manera, el médico será quien determine las medidas a seguir, según sea conveniente.